Robinson explica la inflación de julio.

Inflación de julio: Robinson alerta sobre la falta de inversión

El INDEC informó que la inflación de julio fue del 1,9%, una cifra que marca una desaceleración frente a los niveles del año pasado, pero que aún se mantiene alta en términos mensuales. En diversas entrevistas, el economista Eduardo Robinson analizó este dato, sus implicancias para la economía argentina y los desafíos que persisten, especialmente en materia de consumo, política fiscal e inversión.

Un número moderado, pero con riesgos latentes

“La Argentina viene acumulando una inflación en el último año del orden del 37%, y una inflación en los primeros siete meses del año del 17%”, afirmó Robinson. En ese sentido, si bien el dato de julio representa una suba respecto a los meses previos (1,5% en mayo y 1,6% en junio), se mantiene dentro de un rango relativamente controlado.

El economista explicó que la suba del dólar oficial durante julio —que fue del 14%— no tuvo un impacto inmediato en los precios. “Probablemente eso se produjo hacia el final del mes, por lo que es esperable que impacte en las mediciones de agosto”, afirmó. Estimó que la inflación podría rondar el 2% en ese mes.

La inflación como síntoma estructural

Robinson sostuvo que “la inflación es un impuesto no legislado” y explicó que reduce el poder adquisitivo de las personas. “Disminuir la tasa de inflación es disminuir un impuesto y mejorar algo de la capacidad de compra del salario”, afirmó.

También destacó que el proceso de estabilización es complejo y requiere disciplina fiscal y monetaria. “A esta política económica no hay una alternativa viable. El modelo anterior, con emisión descontrolada y déficit fiscal, generó una inflación del 211% en 2023”, recordó.

Consumo débil y salarios estancados

Pese a la moderación en los precios, el economista advirtió que el bolsillo sigue tensionado. “Los sueldos se mantienen bajos. Eso es verdad”, admitió Robinson, aunque matizó que “en la medida en que siga bajando la inflación, tiene que haber una recuperación del poder adquisitivo”.

Sobre el consumo, explicó que si bien algunos precios bajaron —como el rubro de indumentaria, que registró una variación negativa del 0,9%—, esto responde más a estrategias comerciales que a una reactivación sostenida. “El consumo viene alargado. Las casas están aplicando descuentos de temporada para poder vender”, dijo.

“Los salarios van a seguir bajos si no hay inversión. La riqueza no se genera incrementando la cantidad de billetes”, afirmó Robinson. Enfatizó que ni el Banco Central ni el gasto público pueden sustituir a la inversión como motor genuino de crecimiento.

En esa línea, fue contundente: “El salario no se mejora a través del Banco Central emitiendo moneda. Eso no mejora el salario”. Según Robinson, la única salida sostenible es atraer inversión productiva, mejorar la competitividad y generar empleo real.

Estabilización sin magia

“La gente no llega al día 10 porque no hay inversiones”, concluyó Robinson. Reiteró que sin programas económicos atractivos, con sistemas tributarios poco competitivos y con señales fiscales contradictorias, la recuperación seguirá siendo débil y desigual.

El desafío sigue siendo grande: consolidar la baja de la inflación sin descuidar la inversión ni el empleo. La estabilidad de precios, sin una mejora en el aparato productivo, no alcanza para mejorar la calidad de vida.

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