A pocos días de las elecciones presidenciales, es lógico escuchar simples slongans de campaña, pero no hay propuestas claras en relación a cómo a la economía sale de la decadencia. Es claro que el actual gobierno no tuvo un buen desempeño en lo económico. Pero, quienes integran la principal fuerza opositora tampoco tiene demasiado para entusiasmar. La economía argentina lleva una década de estancamiento. Desde la crisis internacional sub prime, que implicó una enorme debilidad en el comercio mundial, implicó el fin del llamado viento de cola para la economía argentina. En el año 2009 cayeron los precios de los commodities, esto afectó a la economía argentina, que perdió tanto el superávit fiscal como el del sector externo. La economía empezó a mostrar las fragilidades debido a un creciente gasto público que empezó a mostrar dificultades de financiamiento. Hay que tener en cuenta que sevaciaron todas las cajas del Estado, hasta se tomaron los recursos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) pasando por las reservas del Banco Central.
Los elevados términos de intercambio, la relación entre el precio de las exportaciones con las importaciones, el viento de cola, fue desde mediados del 2002 hasta el año 2009 el motor de la expansión de la economía, no la calidad de un programa económico capaz de sentar bases para un crecimiento sostenido. Cuando se debilitó el motor exportador, sobrevinieron los problemas estructurales de la falta de inversión y la descapitalización de la economía. En este sentido es claro lo ocurrido en el sector energético, era creciente las importaciones de energía en todas su modalidades, combustibles, petróleo, electricidad y gas. Ante la creciente falta de dólares, dado que se necesitaban para importar energía y la salida de capitales por la mala calidad del clima de negocios que imperaba, hacia fines del año 2011se estableció el cepo cambiario. Es decir, la imposibilidad de comprar dólares. Ello trajo aparejado el surgimiento de un esquema de múltiples tipos de cambio y las restricciones a las importaciones mediante las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importaciones), es decir, más trabas al comercio internacional y más aislamiento lo que resta competitividad a la economía. Mientras continuaban falseándose las estadísticas públicas en materia de inflación y de crecimiento de la economía. Se dejaron de publicar en varias provincias la variación de precios, no se medían indicadores sociales como la pobreza o la indigencia, el atraso tarifario era creciente y había desabastecimiento energético. Es claro que no había un programa económico enfocado en ganancias de competitividad, con creación de puestos de trabajo, mejora del cuadro socia e inserción internacional.
La política económica hacia finales del 2015 era insostenible. Los problemas existían e iban agravándose, pero estaban bien disimulados. La economía se tornaba insostenible en la medida que era muy bajo el nivel de inversión y el consumo no soportaba más anabólicos, El défici fiscal era creciente y se tornó infinanciable, pese a soportar una asfixiante presión fiscal. Por ello el dilema hacia fines del año 2015 era shcok o gradualismo. ¿Cómo se salía de la situación explosiva? La administración Macri optó por el gradualismo. Es decir, por reducir los desequilibrios con creciente nivel de endeudamiento. Este esquema se mantuvo hasta que hacia inicios del 2018 al modificarse el contexto financiero internacional, hubo un cambio de expectativas y creció la desconfianza internacional respecto de la sostenibilidad de la creciente deuda argentina. Empezaron a salir capitales y esto produjo una significativa devaluación del peso con un fuerte impacto en a inflación y por consiguiente en un deterioro del cuadro social.
Hacia fines del año 2019,la economía muestra una serie de restricciones que deberá enfrentar quien resulte electo presidente. El más relevante es la reestructuración de la deuda y la debilidad macroeconómica. El desafío no es sencillo, sobre todo porque el sendero del corto y mediano plazo impiden poder implementar política fiscal y monetaria expansiva y no hay posibilidad de emitir deuda para financiar el gasto público.
En el gráfico adjunto se muestra la evolución del Estimador Mensual de la Actividad Económica. Como puede observarse, la economía en los últimos diez años fue intercalando años de recesión con años de reactivación, pero que en la suma algebraica arroja un estancamiento económico. Para el año que viene la economía mostrará su tercer año consecutivo de caída lo que torna muy desafiante el mediano plazo.