Más allá del dólar oficial en Argentina: qué dicen las variables

El 2022 deja grandes interrogantes para la economía. En este artículo, se analizan los números importantes para generar proyecciones.

Terminó un año con grandes turbulencias macroeconómicas, que deja grandes interrogantes para el 2023. Hay variables que son vertebrales porque reflejan desequilibrios: el dólar, los salarios, la inflación y la tasa de interés. Si se revisan en Argentina hoy, se puede advertir la significativa alteración que tuvieron.

¿Qué proyectan estos números para los próximos meses en el país? En este artículo los analizamos uno por uno.

Dólar oficial en Argentina y la contracara del blue

El dólar oficial, por el cual se canalizan las operaciones de comercio exterior, tuvo una variación nominal del 69% entre diciembre del 2021 y el mismo mes del 2022. Pero, si se ajusta por inflación para determinar su variación real, muestra una caída del 9%. 

Lo mismo sucede con la cotización informal: empezó el año pasado en $208 por dólar y terminó con una suba del 72%, si se toma su variación nominal. Sin embargo, al ajustarse por inflación, se advierte que debería cotizar en $407. 

Tales datos evidencian que hay un retraso cambiario. En otras palabras, la cotización del dólar en sus versiones oficial y blue, creció menos que el resto de los precios.

El dólar oficial en Argentina muestra una variación respecto a la cotización informal.

Salarios, detrás de los precios 

Otro dato relevante es que con la aceleración inflacionaria que se produjo durante 2022, los salarios corren por detrás del resto de los precios. En efecto, los salarios del sector privado y público perdieron contra la inflación. 

Con datos al mes de septiembre, se verifica la pérdida de poder adquisitivo. En el sector privado no registrado la pérdida fue del 10%, en el privado formal del 1%, y en público del 2%. La caída del poder de compra, impacta en el enfriamiento del consumo que se comprobó con los datos de ventas para la pasada Navidad. 

La política de ingresos del gobierno, de activar el consumo inyectando ingente cantidad de pesos en el mercado, sólo estimula la inflación o muy puntualmente el consumo. El efecto es efímero y poco eficaz.

Los salarios de todos los sectores en Argentina corren detrás de los precios.

La inflación en lo más alto

Si se fija la lupa en la inflación, la del 2022 será la más alta de los últimos treinta años. Alcanzaría el 95% interanual. Una verdadera trituradora de la moneda argentina. 

La inflación con respecto al 2021 subió un 45%. Más allá de los números, lo que produce la inflación es un incremento en la precariedad social, enfriamiento de la inversión y estrangulamiento del crédito al sector privado.

Riesgo país: ¿importa realmente?

El riesgo país mide la sobretasa que los ahorristas exigen para comprar bonos de la deuda argentina, en relación a bonos del tesoro norteamericano que se suponen libres de riesgo. 

Esa sobretasa subió 466 puntos básicos en 2022, lo que equivale a unos cinco puntos porcentuales y cerró en 2154 puntos. La interpretación es que emitir deuda en dólares para Argentina tiene un costo de 22%. Esta es una tasa muy alta, que refleja la desconfianza que aún hay sobre la evolución de la economía.

El riesgo país, las tasas de interés y la inflación son importantes para entender la economía.

Tasas de interés por las nubes

Por último, hay que tener en cuenta la evolución de la tasa de interés de la política monetaria. En diciembre del 2021 estaba en 38%, ahora se encuentra en 78%. Esto significa un incremento del 37% en 12 meses. 

La magnitud de esta suba obedece al hecho de hacer más atractivo canalizar los excedentes financieros a instrumentos en pesos y evitar presiones en el dólar. El problema es que las tasas elevadas restringen el crédito al sector privado, ahogan el consumo y, sobre todo, la inversión.

¿Qué nos deja el 2022?

Si bien es probable que el PBI muestre una expansión del orden del 4% o 5% durante 2022, hay que tener en cuenta que responde en gran parte al efecto arrastre estadístico que dejó el año anterior. De hecho, el 2021 rebotó un 10% tras el 2020 pandémico.

La evolución que mostraron las principales variables macroeconómicas dejan importantes desafíos para lo que viene. Por supuesto, también hay agregar el componente electoral que siempre es un factor de incertidumbre.

Economía 2023: lo que se viene

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