Las 5 claves económicas de la semana

Empiezan siete días claves para el gabinete del futuro gobierno. Cinco aspectos esenciales para tener en cuenta.

1. Los agentes económicos siguen con los interrogantes sobre cuál serán las medidas que tomará la gestión Fernández. Por ahora, no se sabe nada. Todas son hipótesis y conjeturas. ¿Se tratará de impulsar una acuerdo de precios y salarios?, ¿Habrá un impulso al consumo mediante subas de salarios, jubilaciones y de planes sociales?, ¿Se tratará de bajar las tasas de interés para reactivar la producción?, ¿Cómo se llevará adelante la reestructuración de la deuda? Por ahora, sólo preguntas que no tienen respuestas claras.

2. El próximo viernes se conocerán los nombres de las personas que integrarán el gabinete y quienes conformarán el equipo económico. El perfil de quienes sean los responsables de diseñar la política económica será la primer respuesta. Sin embargo, no se esperan demasiadas sorpresas. Por los apellidos que circulan, se descuenta que las primeras medidas estarán apuntadas a reactivar el consumo, habrá subas de impuestos, sobre todo retenciones al agro y a la minería, y las provincias irán en la misma dirección. Más impuestos, procurando elevar artificialmente el consumo. El peligro latente es que se acelere la tasa de inflación.

3. Con respecto al acuerdo de precios y salarios, apuntará a desacelerar la inercia inflacionaria, para ello, lo de siempre, empresarios tratándose de comprometer a no subir los precios por un determinado tiempo, seguro, eso será acompañado de cierto congelamiento en las tarifas de servicios públicos para disminuir la presión de costos.

4. La lógica subyacente en este esquema es: emisión de moneda para impulsar los ingresos y como la economía atraviesa una aguda recesión, el aumento del consumo, en lugar de irse todo a precios, reactivará el sector productivo y ello fortalecerá la suba de impuestos lo que tenderá a evitar que se agrande el déficit fiscal.

5. Con relación a la deuda, sobre todo con bonistas, la más probable que se establezca una quita en los intereses y un alargamiento de los plazos. Mientras, la economía no tendrá financiamiento en el mercado de capitales internacionales. Es decir, imperará la visión de “vivir con lo nuestro”. En este marco el cepo cambiario continuará vigente. Es decir, no se podrá comprar dólares libremente. Ahora bien, como la inflación no se desacelerará, lo más probable es que haya un atraso en el tipo de cambio. Un dólar nominal estable, atornillado por el cepo, con inflación, eso llevará a abaratar el dólar, con lo cual no habrá impulsos al sector exportador. No habrá, por lo tanto, un incremento de la cantidad de divisas provenientes del comercio internacional, en momentos que se van a necesitar dólares para afrontar los pagos de deuda. Por ahora, como se dijo, sólo abundan las preguntas, las respuestas tendrán que seguir esperando.

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