¿Qué dejó el primer cuatrimestre para la economía argentina?

Cuarentena, crisis económica, dólar, reestructuración de la deuda… una serie de acontecimientos afectaron a las principales variables económicas.

A días de finalizar otro tramo de la cuarentena y el inicio de una versión más flexible, se empieza a transitar por los escombros de una actividad económica que ha tenido una caída histórica en el pasado mes de abril. Claro que no hay sorpresas, se sabía que el costo que impondrían las restricciones sanitarias sería la agudización del proceso recesivo por el que atraviesa la economía argentina desde mediados del año 2018.

Mientras tanto, continúa el proceso de reestructuración de la deuda bajo legislación extranjera por casi 70.000 millones de dólares. No hubo avances concretos, pero si los clásicos tironeos propios de la negociación entre los bonistas y el gobierno argentino. A ninguna de las partes les conviene no acordar, por lo tanto, se irán limando las asperezas hasta llegar a un acuerdo. El hecho de que haya una prolongación de las negociaciones es un buen síntoma y, por ello, el riesgo país tuvo un descenso. Entre el 8 de abril y el 8 de mayo este indicador mostró una reducción del 13%. Claro, que se encuentra aún en valores que hacen prohibitivo que Argentina pueda acceder a los mercados de crédito internacionales, dado que se encuentra en 3.324 puntos básicos. Esto quiere decir, que, si hoy el país quisiera tomar deuda, debería pagar 33%, en un mundo de tasas en niveles muy bajos, luce impagable.


¿Qué tiene que ver la reestructuración de la deuda con la economía real?

Si Argentina no logra alcanzar un acuerdo con la mayor parte de los bonistas, habrá un default o cesación de pagos. Esto quiere decir que el país no pagará su deuda en las condiciones que estableció y, por lo tanto, deberá enfrentar juicios, como los que se llevaron adelante en los tribunales de Nueva York entre el 2005 y el 2015. Cabe recordar que el país perdió esos juicios, y tuvo que pagar más que si hubiese llegado a un acuerdo.

El problema de un default no es sólo para el gobierno, sino también para el sector privado. Se hará más complicado acceder a créditos internacionales para las empresas y eso restringe la inversión. Por lo que, si no hay inversión, no hay expansión de la capacidad productiva de la economía, menos creación de fuentes de empleo. Otro problema de caer en cesación de pagos es que el país al quedarse sin crédito externo, no tendrá otra alternativa que emitir dinero para financiar su creciente déficit público. Eso alentará las expectativas de devaluación del peso con respecto al dólar, lo que a su vez alimenta las expectativas inflacionarias. Es decir, se torna un círculo vicioso complicado de quebrar.

Lo más probable es que el que el gobierno flexibilice algo la propuesta original y logre acordar. Lo que aún es una incógnita es cuánto será el porcentaje de aceptación del canje de bonos que plantea el gobierno argentino.

El dólar, sin demasiados sobresaltos

En sus cotizaciones alternativas al oficial (contado con liquidación y dólar bolsa), la divisa estadounidense no tuvo demasiados sobresaltos en la semana que termina. Esto se debe, en parte, a las restricciones establecidas por el Banco Central y las Comisión Nacional de Valores para evitar un proceso de mayor dolarización de los Fondos Comunes de Inversión, empresas y particulares. Es decir, se endureció el cepo en las últimas semanas. Con estas restricciones, al menos por ahora, se logró enfriar el apetito dolarizador. Sin embargo, dadas las restricciones para la compra de dólares en el segmento formal, siguió subiendo el dólar informal o blue. Desde el 8 de abril pasado hasta el mismo día del mes de mayo, subió desde $85 a $122, es decir, un 44%.

La economía real en el primer cuatrimestre

Lo que dejó el mes de abril en la economía real fue: 1,5 millones de trabajadores formales suspendidos, recortes salariales del 25% generalizados, con una inflación piso proyectada en el 50%, el 75% de las empresas que pidieron auxilio para pagar salarios.

Los siguientes rubros tuvieron facturación cero: concesionarias de autos, inmobiliarias, shoppings, cines y espectáculo, hoteles, restaurantes, comercios no esenciales, construcción privada. Por su parte, la producción de autos fue nula, la construcción cayó un 58%, la industria manufacturera un 52%, ventas minoristas 58%, recaudación tributaria 23% en términos reales (ajustado por inflación) y recaudación del IVA una caída del 27% en términos reales.

A un ritmo lento continúan llegando los paliativos económicos del gobierno producto de la cuarentena. Así, hasta el viernes, los créditos a tasa cero para monotributistas y autónomos en el cuarto día de su implementación acalzaron a 210.000 monotributistas y 50.000 autónomos. El valor promedio del crédito es de $110.000.

Es decir, se desmoronó la economía. Y la salida, si la pandemia lo permite, será muy lenta. 

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