Elevada tasa de inflación que se proyecta para este año, con incrementos de tarifas, dólar oficial y combustibles. Bajo nivel de credibilidad en la política económica, que inhibe la inversión y la productividad.
El acuerdo con el FMI que, si bien evitará el default con el organismo, impulsa un mayor nivel de emisión de deuda en el mercado interno para cubrir el déficit fiscal lo que resta financiamiento al sector productivo.
El precio de la soja que vuelve a rozar los 600 dólares la tonelada. Fundamental para compensar la reducción de la cosecha por la sequía en las zonas más productivas.
