En el reciente informe del INDEC, la inflación mensual de noviembre alcanzó un 2,4%, marcando una desaceleración significativa respecto a los meses anteriores. Eduardo Robinson compartió su análisis en una entrevista, resaltando tanto los avances como los desafíos pendientes en la economía argentina.
Desaceleración inflacionaria: ¿un logro del gobierno?
Robinson explicó que este 2,4% es una cifra por debajo de las proyecciones iniciales del mercado y del propio gobierno, que estimaban una inflación cercana al 3%. «Estamos viendo una desaceleración más importante que en meses anteriores, cuando el 4% parecía un límite difícil de perforar», declaró.
Sin embargo, se refirió al impacto que tienen los precios regulados en este índice. «Tarifas de electricidad, agua y otros servicios están impactando significativamente en los precios regulados, aunque alimentos, con un incremento del 1,4%, estuvieron por debajo del índice general», destacó.
Proyecciones para diciembre 2024
De cara a diciembre, Robinson anticipó un repunte inflacionario. «Es probable que la inflación minorista se ubique más cerca del 3% debido a la estacionalidad y los ajustes en precios de tarifas y alimentos», afirmó.
En un análisis más amplio, pronosticó que la inflación anual para 2024 podría reducirse al rango del 30%-40%, considerablemente más baja que el 118% proyectado para el cierre de 2023. «Aunque estos valores siguen siendo altos, reflejan un esfuerzo por estabilizar la economía», sostuvo.
Impacto en la actividad económica y el tejido social
Robinson también abordó los efectos secundarios de esta estabilización. «El problema es que, aunque los números sean positivos, la gente no lo siente en su día a día. Aún hay un 50% de pobreza, y muchas personas venden dólares para cubrir sus necesidades básicas», puntualizó.
A pesar de esto, mostró optimismo sobre el futuro inmediato: «Estamos viendo una reactivación económica heterogénea, pero creo que en 2024 la actividad mostrará una recuperación más notoria».
Desafíos estructurales por resolver
Robinson destacó la necesidad de reformas estructurales, especialmente en el área tributaria. «Argentina tiene una maraña de impuestos, con más de 190 gravámenes entre nación, provincias y municipios, que dificultan la competitividad y la atracción de inversiones», apuntó.
Sugirió eliminar impuestos distorsivos como las retenciones y el impuesto al cheque, y simplificar el sistema tributario para fortalecer el tejido pyme. «Las pequeñas y medianas empresas son las principales generadoras de empleo, pero necesitan un entorno fiscal que las favorezca», argumentó.
Conclusión: optimismo moderado
A pesar de los avances en la reducción de la inflación y la estabilización del dólar, Robinson insistió en que quedan muchos desafíos por delante. «La economía está mejor que hace un año, pero persisten grandes retos como la generación de empleo, la mejora del poder adquisitivo y la disminución de la pobreza. Hay motivos para ser optimistas, pero también hay mucho por hacer».
El enfoque ahora se centra en las reformas estructurales que definirán el rumbo económico en los próximos años.
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