El economista El economista Eduardo Robinson analizó la dinámica económica de esta semana y lo que podría ocurrir después de las elecciones del próximo domingo. Según explicó, el contexto actual está marcado por un clima de incertidumbre que se ha intensificado en las últimas semanas, especialmente por las dudas sobre el rumbo económico tras los comicios.
Un clima de incertidumbre cada vez más intenso
Robinson señaló que los últimos días estuvieron atravesados por “un proceso donde es mucho más aguda, mucho más severa la incertidumbre respecto de qué puede deparar precisamente el contexto electoral”. Indicó que la población no tiene claridad sobre los posibles escenarios y que persisten dudas sobre si la Argentina podría enfrentar una devaluación.
El economista agregó que octubre fue un mes particularmente inestable. Explicó que fue “un mes bastante movido en términos de dólar” y que muchos precios aumentaron por razones estrictamente preventivas: no se trató de una mejora de la demanda, sino de decisiones comerciales frente al temor por el escenario político y económico.
Precios preventivos y consumo debilitado
Según Robinson, este comportamiento tiene consecuencias directas sobre el mercado interno. Comentó que “todavía el consumo viene bastante débil, el consumo de bienes masivos”, y que muchos comercios remarcan “por las dudas”, buscando hacerse de un colchón ante posibles sobresaltos. Sin embargo, advirtió que esta práctica termina afectando las ventas y resulta contraproducente.
A pesar de este panorama, remarcó que no se trata de un fenómeno impulsado por un aumento del consumo sino por la incertidumbre previa a las elecciones.
Qué puede pasar después de las elecciones
Consultado por los posibles escenarios a partir del lunes, Robinson sostuvo que no espera cambios drásticos en la orientación económica del país. Señaló que, en el corto plazo, “no vamos a tener un escenario demasiado disruptivo” y que podrían existir medidas prudenciales destinadas a evitar sobresaltos independientemente del resultado electoral.
El economista consideró que, al menos hasta fin de año, los comicios no deberían tener un impacto significativo en la macroeconomía. En sus palabras, “los resultados de las elecciones no terminan impactando demasiado o mucho más en la macroeconomía” durante ese período. analizó la dinámica económica de esta semana y lo que podría ocurrir después de las elecciones del próximo domingo. Según explicó, el contexto actual está marcado por un clima de incertidumbre que se ha intensificado en las últimas semanas, especialmente por las dudas sobre el rumbo económico tras los comicios.
Un clima de incertidumbre cada vez más intenso
Robinson señaló que los últimos días estuvieron atravesados por “un proceso donde es mucho más aguda, mucho más severa la incertidumbre respecto de qué puede deparar precisamente el contexto electoral”. Indicó que la población no tiene claridad sobre los posibles escenarios y que persisten dudas sobre si la Argentina podría enfrentar una devaluación.
El economista agregó que octubre fue un mes particularmente inestable. Explicó que fue “un mes bastante movido en términos de dólar” y que muchos precios aumentaron por razones estrictamente preventivas: no se trató de una mejora de la demanda, sino de decisiones comerciales frente al temor por el escenario político y económico.
Precios preventivos y consumo debilitado
Según Robinson, este comportamiento tiene consecuencias directas sobre el mercado interno. Comentó que “todavía el consumo viene bastante débil, el consumo de bienes masivos”, y que muchos comercios remarcan “por las dudas”, buscando hacerse de un colchón ante posibles sobresaltos. Sin embargo, advirtió que esta práctica termina afectando las ventas y resulta contraproducente.
A pesar de este panorama, remarcó que no se trata de un fenómeno impulsado por un aumento del consumo sino por la incertidumbre previa a las elecciones.
Qué puede pasar después de las elecciones
Consultado por los posibles escenarios a partir del lunes, Robinson sostuvo que no espera cambios drásticos en la orientación económica del país. Señaló que, en el corto plazo, “no vamos a tener un escenario demasiado disruptivo” y que podrían existir medidas prudenciales destinadas a evitar sobresaltos independientemente del resultado electoral.
El economista consideró que, al menos hasta fin de año, los comicios no deberían tener un impacto significativo en la macroeconomía. En sus palabras, “los resultados de las elecciones no terminan impactando demasiado o mucho más en la macroeconomía” durante ese período.